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El Velo Rasgado































“El Velo Rasgado” está dedicado a todos aquellos hombres y mujeres que jamás empuñaron espada, y que prefirieron subir pacíficamente al patíbulo de la intolerancia y el sectarismo, antes que hacer apostasía de las verdades que les fueron reveladas. A todos ellos; a los que fueron, a los que son, y a los que serán. ¡Por vosotros, vates y poetas de la verdad!

A. Gil-Terrón Puchades

Primera edición: Julio de 2012 – Rustica, 326 páginas.
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“EL VELO RASGADO”, A. Gil-Terrón Puchades, Valencia, 2012., ISBN: 978-84-615-9002-5.
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Depósito legal: V- 1957- 2012.
Primera edición: Julio 2012
Diseño de cubierta y contraportada: AGT
Fondo de Portada: “Pieta”, 1876, de William-Adolphe Bouguereau, 1825–1905.
Composición, diseño, y maquetación: AGT
Impreso en España - Printed in Spain.




Prólogo 


“La muerte sólo es una puerta, lo importante es lo que está detrás de esa puerta: la vida eterna”. Palabras del sacerdote Pablo Domínguez, días antes de su fallecimiento, y recogidas en la película «La Última Cima», del director Juan Manuel Cotelo. Pablo Domínguez, días antes de morir a la edad de 43 años, dijo que la muerte es sólo una puerta.

Para José Espronceda, el eterno poeta de la rebeldía y la revolución, la muerte no era una puerta, sino quien tan sólo quien la abría. El poeta murió a los 34 años, pero antes de su partida nos dejó el poema “Canto a la Muerte”, en la que la propia Muerte nos dice: «En mí la ciencia enmudece, en mí concluye la duda y árida, clara, desnuda, enseño yo la verdad; y de la vida y la muerte al sabio muestro el arcano, cuando al fin abre mi mano, la puerta a la eternidad».

Para quien hoy les escribe, la muerte no es un ente, ni un ser, ni tan siquiera un estar; la muerte tan sólo es una cortina, un velo sin alma, que los versos del amor herido tensan y rasgan, una y otra vez, en un dolido canto a la esperanza.

El elemento que diferencia al ser humano, con respecto al resto de criaturas de la creación, reside en la práctica de cultos y ritos funerarios, por parte de éste, desde los albores de los tiempos. Ello evidencia el sentido transgresor de la muerte existente en nuestros antepasados, y que perdura hoy en día, pese a quien pese.
La primera década de nuestras vidas, arranca de la espesa niebla que inunda la rota memoria de la infancia. Esa nebulosa de recuerdos fragmentados, repleta de imágenes inconexas, de aromas, de sensaciones y emociones, conformando una deshilvanada reminiscencia que es incapaz de encontrar su perdido origen. Más tarde, los sucesos toman cuerpo, poco a poco, formando un todo, una vida, que transcurre lentamente, eternizándose las distancias y los tiempos. ¡Qué lejos estaba, entonces, una Navidad de otra! ¡Qué largos eran aquellos veranos! ¡Qué enorme parecía todo!

La segunda década, es la de los sueños, la de las prisas. Prisa por crecer, por sentir, por vivir, por amar. Prisa que no acelera el tiempo, sino que parece encadenarlo. ¡Qué lentos pasan esos años!

La tercera década es la única que parece tomar el auténtico pulso del tiempo. Funciona con la exactitud de un reloj suizo. Es la normalización de la relación tiempo espacio, o por lo menos así lo parece.

La cuarta década pasa como un suspiro. La quinta se desvanece apenas comenzar. La sexta... ¿ya?, No puede ser. Parece que fue ayer.

Tiempos, recuerdos, sueños, todo un rápido desfile de escenas, que pasan, una y otra vez, ante nosotros, a velocidad de vértigo, y ahí, a nuestro lado, la fiel compañera: La muerte.

Desde que comenzamos a tener uso de razón, la muerte comienza a aparecer en nuestras vidas. Primero lentamente, como una tímida amiga que parece no querer importunarnos. Las visitas son distanciadas. Pero pronto, con el paso de unos años cada vez más cortos, se irá aproximando a nosotros, mientras se va quitando el velo. Una sensación interna nos impedirá temerla, o por lo menos contrarrestará la evidencia de sus huellas cercanas. ¿Cuántas Navidades nos restan? ¿Cuántos cortes de pelo? Siendo la muerte tan evidente, qué nos impulsa a pensar que a nosotros nunca nos ha de llegar, si siempre llega. El ser humano siente la inmortalidad, no la piensa. El pensamiento es la muerte. El pensamiento y la razón atenazan nuestras cortas vidas. En ellas están la angustia, el dolor y la desesperanza. El pensamiento es el padre del miedo.

Sin ese convencimiento - sensación - interno de inmortalidad, el mundo humano no hubiera pasado de ser una prolongada orgía cavernícola. Se conocen muchos casos de personas que tras haber traspasado la oscura puerta, han regresado para contarnos que la muerte no existe. No conozco a nadie que haya regresado para decir que tras la muerte no hay nada.

En el Velo Rasgado vamos a hablar del “Más Allá”, del mundo de los espíritus, y de la reencarnación. Frente a ésta última veremos que existe una gran mayoría que ni se lo plantea como posibilidad, ya que su religión “la prohíbe por decreto”, y ellos van y se lo creen, actuando en sus vidas con una honestidad cuestionable, al regirse por la ley del palo y la zanahoria; si eres bueno irás al cielo, si eres malo irás al infierno, y además para toda la eternidad. Este pueril, pero efectivo sistema, es el que cercena el desarrollo espiritual de las personas, al estar éstas pendientes – siempre- del binomio premio/castigo. En esta cuestión, personalmente, y desde hace unos años, me identifico con el poeta anónimo que escribió:

«No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido, para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera».

Lejos de profundizar en esta línea, la doctrina de la IGLESIA CATÓLICA, ha preferido aterrorizar, durante siglos, a los creyentes de buena fe, con las calderas de Pedro Botero, al tiempo que intentaba sobornar con celestiales premios. En ambos casos, ¿En dónde queda el auténtico amor a Dios Padre, o a Jesucristo? porque del sincero - y desprendido- amor al prójimo, mejor no hablar. Hemos transmutado las consecuencias de nuestras conductas, en el principal motivo de nuestras actuaciones. Hemos llegado al absurdo en el que un ateo, voluntario de una ONG humanitaria, puede llevar una vida más acorde con la doctrina de JESUCRISTO, que algunos católicos de misa diaria, que hacen puntos para el premio eterno, y en el que todos sus actos, incluidas las limosnas, obedecen al negocio de recibir el ciento por uno. Esto es lo que hay.

Por otro lado, existe otro tipo de ateos, los cuales al creer que sólo se vive una vez, y luego no hay nada, han adoptado una actitud hedonista y pesimista respecto a la vida, en base a la inevitabilidad de la muerte. Esta postura, viene espléndidamente resumida en las "Odas" de Horacio: "Carpe diem, quam minimum credula postero" ("Disfruta hoy y confía poco en el mañana"), habitualmente expresada de forma abreviada como "carpe diem”. Pues de eso, también hay bastante, por ser una actitud ética, considerada en los tiempos actuales, como políticamente correcta. Faltaría más.

En el Velo Rasgado hablaremos también de fantasmas, y sí el tema le produce risa, porque usted piensa que eso son cuentos de viejas, que sepa que Jesucristo no sólo los nombra, sino que además los describe en los evangelios, tal y como veremos más adelante. Hablaremos de todo eso y de mucho más, pero sobre todo hablaremos de la REENCARNACIÓN y del MUNDO DE LOS ESPÍRITUS, tanto desde la óptica cristiana, como desde el punto de vista cultural y científico; para ello intentaremos descorrer una cortina llamada Muerte. Tras ella, hallaremos algunas respuestas, verdades que siempre intuimos, y que en el fondo de nosotros siempre habíamos conocido, pero que el oscuro velo del miedo y la superstición, fomentado durante siglos por los poderes fácticos, nos ha ocultado una y otra vez, incansablemente, hasta el hastío.

La verdad no existe más que en lo más profundo del ser, en esa pequeña parte de eternidad que todos poseemos, y cada vez que la misma ha florecido, a lo largo de la historia, su pregonero ha terminado sus días lapidado, o consumido por el fuego del fanatismo y la intolerancia.

Este libro puede cambiar el sentido de sus vidas, si son capaces de prescindir de la parte literaria, a veces no exenta de “mala uva”, y quedarse con los datos, con los hechos, con las evidencias constatadas. A partir de ese momento comenzará a ver a la muerte como una puerta abierta a la esperanza.

Y por último, para su alivio, decirles que no tiren aún este libro a la papelera, porque de él, posiblemente, lo más plomizo sea su prólogo, y éste – por suerte – aquí concluye. Gracias por su paciencia.

Antonio Gil-Terrón Puchades





PRIMERA PARTE

PURGATORIO, REENCARNACIÓN Y CRISTIANISMO



1.- LA AMNESIA NECESARIA
2.- TEÓLOGOS TITULADOS, EN EL LIMBO DE BABIA.
3.- EL PECADO DE NACER.
4.- DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO.
5.- LA TORPE DOCTRINA.
6.- ¡YA NOS VEREMOS EN EL PURGATORIO!
7.- ALCATRAZ: EL PENAL DEL ALMA.
8.- ¿PURGAR POR PECADO AJENO?
9.- BLANCO Y EN BOTELLA.
10.- DESPEINADO Y EN BANDEJA. EL DECAPITADOR QUE PERDIÓ LA CABEZA.
11.- EL MANIDO TÓPICO DEL ORIENTALISMO.
12.- EL MENOS COMÚN DE LOS SENTIDOS.
13.- TINTÍN, EL CARDENAL BELGA, Y EL ARZOBISPO ITALIANO.
14.- LA CARA ES EL ESPEJO DE NUESTROS VIEJOS PECADOS.
15.- DE DEMONIOS Y ENDEMONIADOS.
16.- ESCATOLOGÍA FREUDIANA, A LAS OCHO DE LA MAÑANA Y EN AYUNAS.
17.- LA GÉLIDA BELLEZA DE LUZBEL.
18.- LAS DICHOSAS ESTADÍSTICAS.
19.- MÁS MADERA.
20.- ¿POR QUÉ LA IGLESIA SE ESFUERZA TANTO EN DESACREDITAR LA REENCARNACIÓN?
21.- LA DICTADURA DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO.
22.- EL GRAN MANIPULADOR, LA ARTISTA DE CIRCO, Y LOS GANSOS PICARONES.
23.- CONSTANTINO: EL PUNTO DE NO RETORNO.
24.- EL TRIUNFO DE LOS SANCHO PANZA.
25.- LA NEGACIÓN DEL “YO”: EL CAMINO INICIÁTICO.
26.- LOS INCOMBUSTIBLES PAYASOS DE LA WEB.
27.- EL ANÓNIMO ESCRIBA, Y EL FARISEO DE TARSO.
28.- UN ORZUELO EN LA ORTODOXIA: EL PADRE PILÓN.
29.- EL REY DE TIRO, EN EL JARDÍN DEL EDÉN.
30.- INFINITA JUSTICIA, INFINITA MISERICORDIA.
31.- LAS APARENTES DESGRACIAS NO MERECIDAS.
32.- ¡ESTO ES EL PURGATORIO! VAYAN ACOMODÁNDOSE.
33.- LA CÁRCEL ASTRAL.
34.- ORÍGENES DE ALEJANDRÍA: EL SANTO SIN CORONA.
35.- LA FANTASÍA PORNO CANÍBAL DE SAN EPIFANIO.
36.- LA AUSTERIDAD AHUYENTA A LOS HUÉSPEDES NO DESEADOS.
37.- EL MEJOR EXORCISMO: POBREZA, AYUNO, Y CASTIDAD.
38.- ¡QUE POCO CONOCIMIENTO!
39.- LA MADRE DE TODAS LAS BLASFEMIAS.
40.- LOS MORTALES DE A PIE.
41.- EL ADOCTRINAMIENTO DE LA CASTA SACERDOTAL.
42.- EL GUÍA DE ORÍGENES: SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA.
43.- EL GUÍA DE SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA: PLATÓN.
44.- LA REENCARNACIÓN EN PLATÓN Y EL “DÉJÀ VU".
45.- LA CAVERNA DE PLATÓN.
46.- DE NUEVO SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA.
47.- SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA Y BENEDICTO XVI.
48.- ORÍGENES NO FUE GNÓSTICO. ORÍGENES FUE ORÍGENES.
49.- TODO ES RELATIVO.
50.- SAN EPIFANIO DE SALAMIS: ¡CUAL PERRO DE PRESA!
51.- EL GETSEMANÍ DE SAN JUAN CRISÓSTOMO.
52.-UN CRIMEN REPUGNANTE.
53.- LA DOCTRINA OCULTA.
54.- EL INFIERNO ES ETERNO, LAS PENAS NO.
55.- LA MALEDICENCIA DE LOS MEDIOCRES. ¡FARISEOS!
56.- LAS PEZUÑAS NEGRAS DE LA CURIA.
57.- ORÍGENES Y BENEDICTO XVI: EL REENCUENTRO.
58.- LA ANÉCDOTA: UN ESPIRITISTA CATALÁN DEL SIGLO XIX.
59.- SABER LEER ENTRE LÍNEAS.
60.- EL TEOREMA DE PITÁGORAS.
61.- EL LARGO CAMINO HACIA LA LUZ.
62.- EL CONCIERTO DEL COSMOS: LA DIVINA PARTITURA.
63.- UN SOLO DIOS, UN SOLO SEÑOR.
64. - “MEETING POINT”: EL MONTE CARMELO.
65.- ¿JESÚS EL NAZARENO, O JESÚS NAZAREO? O TAL VEZ LOS DOS EN UNO.
66.- LA MADRE DE TODOS LOS ROLLOS: EL ROLLO DE LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO.
67.- EL DISCRETO ENCANTO DE LOS ESENIOS.
68.- LA AUTENTICA VIDA EVANGÉLICA.
69.- JESUCRISTO Y LOS ESENIOS.
70.- EL EVANGELIO DE LOS ESENIOS, ANTERIOR AL CRISTIANISMO.
71.- LA VENIDA DEL MESÍAS, SEGÚN LOS ESENIOS.
72.- EN EL NOMBRE DE LA VERDAD.
73.- PARA EL ATEO MILITANTE, MENTIR NO ES PECADO.
74.- EL ARGUMENTARIO “PARACATÓLICO” EN CONTRA DE LA REENCARNACIÓN.
75.- UN CIENTÍFICO EN CONTRA DE LA REENCARNACIÓN.
76.- EL DECÁLOGO.
77.- EL INCOMBUSTIBLE DISCURSO.
78.- LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN QUE A MI RAZÓN SE HACE.
79.- JESÚS, EL PRÍNCIPE DE LOS POETAS.
80.- EPÍLOGO A LA PRIMERA PARTE.




SEGUNDA PARTE

ESPIRITISMO, REENCARNACIÓN, CIENCIA Y CULTURA



1.- EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS.
2.- LO INVISIBLE TAMBIÉN ES REAL.
4.- LOS FANTASMAS PALETOS.
5.- EL DOMINICO QUE AFIRMABA HABER FOTOGRAFIADO LA PASIÓN DE CRISTO.
6.- EL TESTIMONIO DE UN SACERDOTE CATÓLICO.
7.- EL FANTASMA DE UN SACERDOTE CATÓLICO, PRIMO DE PIO XII.
8.- PABLO VI Y EL PRODUCTOR DE CINE SUECO.
9.- LA IGLESIA CATÓLICA Y LAS VOCES DE ULTRATUMBA.
10.- LA MATERIA NI SE CREA NI SE DESTRUYE, SÓLO SE TRANSFORMA.
11.- LOS CAZA-FANTASMAS.
12- SIR WILLIAM CROOKES: LA CONVERSIÓN DE UN CIENTÍFICO ESCÉPTICO.
13.- DIOS SIEMPRE PROTEGE A LOS NIÑOS… Y A LOS INCONSCIENTES.
14.- UNOS “IGNORANTES” MUY ILUSTRADOS.
15.- CINCUENTA Y DOS FRASES AUTORIZADAS.
16.- REENCARNACIÓN, CULTURA, Y TRADICIÓN.
17.- LA CUALIFICADA OPINIÓN DE LOS INTELECTUALES DE LA “ESO”.
18.- EL DIVINO DON DE LA RACIONALIDAD.
19.- EL HIJO DEL OBISPO.
20.- Y DIJO EL SABIO: ¡SÓLO SÉ, QUE NO SÉ NADA!
21.- UN ÁNGEL DURMIENDO.
22.- EL INFIERNO DE LOS EGOÍSTAS.
23.- EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN SWEDENBORG.
24.- LA MUERTE SEGÚN SWEDENBORG.
25.- LA VIDA MATRIMONIAL, EN EL MÁS ALLÁ, SEGÚN SWEDENBORG.
26.- LOS RIESGOS DE JUGAR CON LO PROHIBIDO.
27.- JUGAR CON VENTAJA.
28.- NADA NUEVO BAJO EL SOL.
29.- LA SESIÓN ESPIRITISTA.
30- UN CATÓLICO FERVIENTE, PADRE DE LA DOCTRINA ESPIRITISTA.
31.- PROTOCOLOS DE LABORATORIO.
32.- EL OBISPO ES IMAGEN VIVA DE DIOS PADRE.
33.- EL PROTOCOLO DE TRABAJO DE ALLAN KARDEC.
34.- UN SUPUESTO MENSAJE DE SAN AGUSTÍN, EN UNA SESIÓN ESPIRITISTA.
35.- EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO.
36.- HISTORIAS PARA NO DORMIR: EL FANTASMA DE HYDESVILE.
37.- EL CASO DE DOS GEMELAS.      
38.- Y JAMIL COGIÓ SU FUSIL.
39.- UN CASO DE REENCARNACIÓN, GRABADO POR LA BBC.
40.- LOS PELIGROS DE LA OUIJA.
41.- MI EXPERIENCIA PERSONAL.
42.- UNA CITA A CIEGAS.
43.- LOS ENTES DIABÓLICOS.
44.- NO HAY MAYOR CRÉDULO, QUE AQUÉL QUE HA SIDO ESCÉPTICO.
45.- POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS.
46.- LA SOLEDAD DE LAS VÍCTIMAS.
47.- LOS VIOLADORES NOCTURNOS.
48.- LOS ANTECEDENTES DEL CASO.
49- SANTO TOMÁS DE AQUINO, CITANDO A SAN AGUSTÍN DE HIPONA.
50.- CUANDO EL DEMONIO ES MUJER.
51.- EL GÉNESIS Y LA LEYENDA.
52.- ADÁN Y LILIT, EL MITO DEL PRIMER DIVORCIO DE LA HISTORIA.
53.- NOCHES DE BLANCO SATÉN: LAS POLUCIONES NOCTURNAS.
54.- CON SU BLANCA PALIDEZ.
55.- CONTINUAMOS CON LA HISTORIA DE LA FANTASMAGÓRICA VIOLACIÓN DE UNA MUJER. UN CASO REAL, SOMETIDO A PRUEBAS DE LABORATORIO.
56.- EL DEMONIO.
57.- UNA VEZ MÁS, POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS.
58.- EL ESPIRITISMO EN LA BIBLIA.
59.- LA REGRESIÓN HIPNÓTICA CON FINES TERAPÉUTICOS.
60. - SPAIN IS DIFFERENT.
61. - EL PUÑETERO PAJARITO.
62.- LA MUJER QUE SE TOPÓ CON SU PROPIA TUMBA.
63.- LA MADRE DE TODAS LAS FOBIAS.
64.- LA CASUÍSTICA CLÍNICA.
65.- VIDA DESPUÉS DE LA VIDA.
66.- LAS EXPERIENCIAS PERCIBIDAS POR LOS SUICIDAS.
67.- VIDA ANTES DE LA VIDA: LA GRAN RESPUESTA.
68.- ¿CUÁNDO ENTRA EL ALMA EN EL FETO?
69.- A LA BÚSQUEDA DEL ALMA PÉRDIDA.      
70.- ¡PESO, LUEGO EXISTO!
71.- LA SUTIL FRONTERA DEL LADO OSCURO.
72.- EL LABORATORIO DE LOS HORRORES.
73.- DEBATES SOBRE EL ALMA, DURANTE LA 2ª REPUBLICA.
74.- EL QUE NO SE CONSUELA, ES PORQUE NO QUIERE.
75.- LA CLONACIÓN DE SERES HUMANOS.
76.- SOMOS ESCLAVOS DE NUESTRAS PALABRAS Y DUEÑOS DE NUESTROS SILENCIOS.
77.- EL ALMA Y LA FECUNDACIÓN IN VITRO.
78.- EPÍLOGO A LA SEGUNDA PARTE.


A continuación, y como botón de muestra, les transcribo el capítulo 13 de la 1ª parte, y el capítulo 74 de la 2ª parte:



13.- TINTÍN, EL CARDENAL BELGA, Y EL ARZOBISPO ITALIANO.


De Tintín, el héroe de los comics del genio belga Hergué, mejor no voy a hablar, por aquello de los derechos de autor y las demandas legales, que eso nos faltaría, así que comencemos por el cardenal belga.

Désiré Félicien-François-Joseph Mercier[1], Cardenal presbítero de San Pedro de Vincoli, Arzobispo de Malinas, fue un sacerdote católico y académico belga. Fue rector de la Universidad de Lovaina, en Bélgica. Fue ordenado presbítero el 4 de abril de 1874. Estudió en la Universidad Católica de Lovaina, y también en París. Fue un personaje importante en la renovación del tomismo, llamado neotomismo. En 1899 fundó el Alto Instituto de Filosofía en la Universidad Católica de Lovaina. Fue amigo del irlandés Dom Columba Marmion, también seguidor de santo Tomás de Aquino. Quiso acercar la filosofía kantiana a la tomista, intento conocido como realismo crítico. En 1906 creó la Revue Néoscholastique. Fue ordenado cardenal de la Iglesia Católica el 15 de abril de 1907. En 1922 fue cardenal elector en el cónclave en que fue elegido el Papa Pío XI.

Este eminente jerarca de la IGLESIA CATÓLICA, al ser preguntado públicamente sobre si la reencarnación existía, se limitó a decir: «No se puede negar que existe». Esta anécdota viene recogida por el especialista y escritor Sebastián de Arauco, en la 5ª edición de su libro «TRES ENFOQUES SOBRE LA REENCARNACIÓN», publicado en Vigo en 1993. En la misma obra se recoge también que el arzobispo Puacher Passaralli, de la orden de los capuchinos, y predicador apostólico adjunto al Santo Sínodo (Vaticano) es partidario de la tesis de la reencarnación. Así, en una carta al Senador Taurredi le dice:

«Si fuese posible popularizar la idea de la pluralidad de existencias en este mundo, sería un medio de realizar la voluntad divina, de permitir al hombre expiar sus pecados, purificarse y esforzarse en ser digno de Dios y de la vida inmortal. Esto sería un gran paso que resolvería intrincados y dolorosos problemas que angustian al alma humana».

Y resolvería, sobre todo, todos los problemas con los que se está encontrando la Iglesia Católica, ahora que el pueblo llano sabe leer, y ve que las cuentas doctrinales no cuadran. Ahora que no pueden mandar encarcelar, torturar, y quemar vivos a todos aquellos que se atrevan a estudiar, pensar, y opinar, ejercitando su don divino al libre albedrío.

Sé que alguien me podrá decir que eso de la Inquisición son cosas del pasado, y que la actual Iglesia no comparte lo que hizo el Santo Oficio durante siglos. De hecho, hasta yo mismo pensaba que era así, pero miren por dónde que va a ser que no. Benedicto XVI, a lo que parece, se halla muy orgulloso - o por lo menos cuando era cardenal lo estaba - de la sádica y criminal labor desempeñada por la Santa Inquisición. Siendo esto así, le propondría a SU SANTIDAD que la SANTA SEDE promoviera una colecta para la  construcción de un monumento conmemorativo a la SANTA INQUISICIÓN, en el centro de la plaza de SAN PEDRO, así como que incluyesen en los museos vaticanos, varias salas exponiendo los instrumentos de tortura que utilizaban para interrogar a los sospechosos de herejía. Al fin y al cabo sería un homenaje al “progreso” que supuso el SANTO OFICIO.

«La Inquisición fue un progreso, porque desde entonces, nadie podía ser condenado sin una investigación. En aquella época, en definitiva, tenían presente el concepto de justicia»[2]. Cardenal Joseph Ratzinger.



[1] DÉSIRÉ FÉLICIEN-FRANÇOIS-JOSEPH MERCIER, conocido también como cardenal Desiderio José Mercier, [1851 - 1926].
[2] http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=YE76ztda1D8



Recordemos por ejemplo el caso de Cristóbal de Toledo, también conocido como el Santo Niño de La Guardia, era un niño cristiano de cuatro años que supuestamente fue asesinado por dos judíos y tres conversos.

De acuerdo con la leyenda, este niño, hijo de una mendiga invidente, fue robado por uno de los judíos del atrio de la iglesia de Toledo y llevado a una cueva o jardín oculto en la ciudad de La Guardia, en donde fue sujeto a un proceso que imitaba el juicio de Jesucristo. En la leyenda se hace énfasis en que el objetivo del asesinato era "obtener el corazón de un niño cristiano crucificado" y de una hostia consagrada para realizar un ritual de magia que produjera el enloquecimiento de los miembros del tribunal de la Inquisición. La iconografía de este personaje muestra el momento en el que uno de los judíos le entrega el corazón del niño crucificado a otro de los ejecutores. En total se ejecutó a ocho personas. Actualmente se cree que el caso fue fabricado por la inquisición para facilitar la expulsión de los judíos de España. El Santo Niño de La Guardia, Cristóbal de Toledo, fue canonizado por el papa Pío VII en 1805. En la actualidad, Cristóbal ha sido borrado del canon eclesiástico. ¿Por qué lo han borrado del santoral? ¿Y qué pasa con las ocho personas a las que se torturó y ajustició?

Menos mal que, para el Papa Benedicto XVI, en su época de cardenal, «la Inquisición fue un progreso, porque desde entonces, nadie podía ser condenado sin una investigación. En aquella época, en definitiva, tenían presente el concepto de justicia».

Seguimos - ahora- recordando el caso acaecido en Hungría, en 1494, en donde los judíos interrogados, entre los que había mujeres y niños, confesaron bajo atroces tormentos, antes de ser ejecutados,  que los hombres judíos menstruaban y que luego bebían sangre cristiana como remedio a su mal. Y no dijeron que habían asesinado a Kennedy, porque no se lo preguntaron[1].

En 1475, Simón de Trento, de dos años, desapareció y su padre acusó de haberlo secuestrado y asesinado a la comunidad judía local. Quince judíos de la localidad fueron condenados a muerte y quemados vivos. Simón fue considerado un santo más tarde, y canonizado por el papa Sixto V en 1588. Su santidad fue revocada en 1965 por el papa Pablo VI. ¿Por qué lo han borrado del santoral? ¿Y qué pasa con los quince judíos que quemaron vivos?

En Hungría, en 1529, en la localidad de Bösing (Bazin, actualmente Pezinok en Eslovaquia) se acusó a los judíos de haber desangrado hasta la muerte a un niño de nueve años, tras sufrir una cruel tortura. Una treintena de judíos confesó “voluntariamente” el crimen y fueron quemados vivos ante el vociferante populacho. Los hechos reales fueron develados más tarde, cuando el niño fue encontrado vivo en Viena. Había sido robado por el acusador, el conde Wolf de Bazin, para deshacerse de sus acreedores judíos en Bazin.

Como ustedes pueden comprobar, las artes de la mentira y la difamación son intemporales, tal vez por ello ya figuraban en los Diez Mandamientos de Dios, en la Ley Mosaica, dentro de la lista de los peores pecados.


[1] LOS JUDÍOS, nadie lo podrá negar, son muy escrupulosos y obedientes en el cumplimiento de su ley, “La Tora”, por lo tanto no resultan, en absoluto, creíbles las acusaciones vertidas contra ellos, en los llamados libelos [calumnias] de sangre, de los que aquí recogemos algunos de los casos habidos. Y decimos esto porque las descripciones de torturas y sacrificios humanos de los libelos de sangre antisemitas son contrarios a las enseñanzas del judaísmo. La más obvia, los Diez Mandamientos de la Torá judía, donde se prohíbe el asesinato. Además, el uso de sangre (humana o de otro tipo) en la cocina está prohibido expresamente por el Kashrut, las leyes sobre la comida Kosher. La sangre y otros fluidos humanos son impuros (Lev 15). La sangre de animales sacrificados no puede ser consumida y tiene que ser extraída del animal y enterrada (Lev 17:12-13). De acuerdo con el Levítico, la sangre de los animales sacrificados sólo puede ser colocada en el Gran Templo de Salomón en Jerusalén, que ya no existía en la época de los libelos. Mientras que los sacrificios animales eran parte de las prácticas del judaísmo, el Tanaj (Antiguo Testamento) y las enseñanzas del Halajá señalan el sacrificio humano como uno de los males que separa a los paganos de Canaán de los hebreos (Deut. 12:31, 2 Reyes 16:3). De hecho, la limpieza ritual para los sacerdotes prohibía incluso estar en la misma habitación que un cadáver (Lev 21:11).


 74.- EL QUE NO SE CONSUELA, ES PORQUE NO QUIERE.


Si quisiéramos saber la valoración real que le dan los modernos estados laicos, de los diferentes países, a los experimentos que buscan demostrar la existencia del alma, la respuesta sería la de “un cero a la izquierda”, por la simple razón que para éstos, los estados, el alma – simplemente- no existe; son cuentos de los curas y las viejas. Con lo cual, el ordenamiento jurídico internacional, se basa por principio en que el alma no existe, y – por supuesto- Dios tampoco. ¡Faltaría más!

Poco importa las creencias particulares de la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra. Dios, el alma, el más allá, no existen. Obviamente, alguna responsabilidad tendrán en ello, los que durante siglos han dirigido los diferentes países, desde las aupadas poltronas, que sus diferentes y antagónicas religiones les concedían. Sus desmanes, tropelías, abusos, censura, diezmos, bulas, guerras, matanzas, en el nombre de Dios, han acabado pasando factura, quedando relegada la religión, en los estados civilizados, al campo de la cultura, el folklore, la zambomba y la pandereta.
A nivel oficial, el planeta Tierra, representado por la ONU, es laico. Una pena, pero un alivio, cuando recordamos las épocas – estoy hablando del mundo occidental- en dónde las diferentes iglesias tenían y ejercitaban el poder temporal. Por poner un ejemplo, yo no hubiese podido publicar este libro, y de haberlo hecho hubiese terminado mis días en la hoguera. Lo dicho; qué pena que el Mundo sea oficialmente laico, pero – también- que alivio; y dejémoslo ahí, porque me conozco y acabaré contando, por enésima vez, la historia del Papa Benedicto IX y la de algunos de sus colegas de profesión. ¿Lo dejamos ahí? ¡Pues va a ser que no! Miren, de verdad que quería dejar el tema, pero siempre hay quien nos anima a seguir insistiendo.

«La Inquisición fue un progreso, porque desde entonces, nadie podía ser condenado sin una investigación. En aquella época, en definitiva, tenían presente el concepto de justicia». Cardenal Joseph Ratzinger.




Pues va a ser que noRecordemos que en la antigua Roma, antes del Edicto de Milán, existían leyes, tribunales de justicia, jueces y abogados. Había investigación, juicio, y el acusado podía defenderse. Es a partir de la caída del Imperio Romano, cuando dan comienzo las “tiranías por la gracia de Dios”, legitimándose éstas en base a un texto de San Pablo, catalogado por la Iglesia Católica como Palabra de Dios: «Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos». San Pablo, Romanos, 13: 1-2.
                ¿Vale ya? ¡Pues vale!





A continuación lean ustedes la transcripción de los capítulos 74º y 75º del libro "El Velo Rasgado" [ ©Antonio Gil-Terrón, 2012]:




74.- EL ARGUMENTARIO “PARACATÓLICO” EN CONTRA DE LA REENCARNACIÓN.


No he querido terminar esta primera parte del VELO RASGADO, sin contestar puntualmente al argumentario típico, no hay otro, que suelen formular todos aquellos que, autoerigiéndose como defensores de la ortodoxia católica, atacan las doctrinas reencarnacionistas, la mayoría de ellos con la mejor intención del mundo, pensando que Jesucristo les sonríe, y lo cierto es que les sonríe con cariño, como sonríe y ama a todos aquellos que dedican su tiempo y esfuerzo a buscar o defender, acertada o equivocadamente, el cristianismo puro por amor a Él. Así pues, y desde el máximo respeto que estas personas me merecen, voy a contestar a dicho argumentario, lamentando el tener que repetir alguna de las exposiciones ya manifestadas en puntos anteriores del presente libro. Así pues comencemos el debate:

Existe un “intelectual”, licenciado en Ciencias Religiosas por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, cuyos escritos son reproducidos con fruición en las páginas web cercanas a la IGLESIA CATÓLICA. Pues bien, este defensor de la ortodoxia católica, en uno de sus escritos “desmonta”, según él, toda la doctrina reencarnacionista, utilizando para ello no sólo argumentos “teológicos”, sino además también “científicos”. Como su texto ha sido reproducido hasta la saciedad por las mencionadas páginas web cercanas a la Iglesia, hemos de suponer que es porque no tienen nada mejor que presentar a la hora de refutar la teoría sobre la transmigración de las almas, más conocida como REENCARNACIÓN. Voy a reproducir el texto íntegro del señor licenciado, por el sistema de copiar y pegar. Dentro de dicho texto, voy a ir intercalando mis comentarios a sus afirmaciones. Reconozco y agradezco el valor y el esfuerzo de éste a quien considero un hermano en la fe de Cristo. 

LISTADO DE PÁGINAS WEB EN DONDE SE PUBLICAN ESCRITOS DEL SR. LICENCIADO:
 [1] NOTA: El texto del señor licenciado lo pueden leer, integro, en:
http://www.corazones.org/doctrina/verdades_fe9.htm


DICE EL LICENCIADO: «Los reencarnacioncitas argumentan sus enseñanzas con las Sagradas Escrituras. Según ellos, se encuentran al menos unas 600 citas para testificar lo dicho, siendo las más importantes el encuentro de Jesús con Nicodemo, cuando le dice: “En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3,3); a lo que los exégetas y teólogos aclaran, que el Mesías está haciendo referencia al sacramento del bautismo, que nos hace “volver a nacer por el agua y el espíritu”(5-7)».

RESPUESTA: Mire usted, señor licenciado, EL VELO RASGADO cuenta, a fecha de hoy, con más de 113.000 palabras, y en tal cantidad de texto no aparece para nada, salvo en el presente punto,  el nombre de NICODEMO, ni se alude a dicho pasaje, a la hora de justificar la reencarnación dentro del cristianismo. Y no lo he hecho, para evitar entrar en temas más delicados como la fiabilidad del “Codex Vaticanus”, credibilidad ésta que sí que trato en profundidad en el libro especializado, LA SOMBRA DE CAIFÁS. Como verá, me resultaría francamente fácil el responderle, ya que tan sólo tendría que copiar, cortar y pegar lo allí escrito, que es mucho y perfectamente documentado, pero no lo voy a hacer, ya que podría marear la fe de algún hermano en Cristo, y eso no me lo perdonaría jamás. Así que dado que no he usado, ni me ha hecho falta, el argumento de NICODEMO en mi argumentario, pues dejemos el tema ahí, y aquí paz y allá gloria. Por otro lado, le podía hacer un precioso discurso sobre el pasaje de San Juan [3:12] y la palingenesia, porque el tema da para mucho. Tan sólo le diré, y para concluir que ἀπεκρίθη Ἰησοῦς καὶ εἶπεν αὐτῷ· ἀμὴν λέγω σοι, ἐὰν μή τις γεννηθῇ ἄνωθεν, οὐ δύναται ἰδεῖν τὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ, y todo lo demás podemos conjugarlo como más nos convenga, a usted y a mí. ¿He hablado lo suficientemente claro? Porque usted me entiende ¿No? Lo siento si no soy capaz de estar a su nivel intelectual, pero es que yo no soy licenciado. Espero que sepa disculpar mis indigentes argumentos.

Por otro lado usted habla de que aquellos que defienden la reencarnación afirman que la misma halla su base en al menos 600 citas de las Sagradas Escrituras. Pues mire usted, yo tras leer íntegramente su texto, tan sólo encuentro una cita [Hebreos 9,27] que aparentemente niega la posibilidad de la reencarnación. Una, frente a seiscientas, y además se la desmonto sin ningún esfuerzo, tal y como veremos en breve.


DICE EL LICENCIADO: «Así también cuando se dice que Juan el Bautista era el profeta Elías (reencarnado), que “ha venido ya” (Mateo 11,14; 17,12); se da a entender que la fuerza del profeta recae en la misión del Bautista, quien fue el precursor de la primera venida de Cristo, y Elías lo será de la segunda (Parusía)».

RESPUESTA: Bien; o mejor dicho, mal. Cuando a usted le conviene se coge a la integridad literal de los pasajes, y cuando el tema no le cuadra, entonces nos dice lo que - según usted- JESUCRISTO quiere dar a entender, que no es lo que realmente ha dicho, sino otra cosa diferente, y ello como si Nuestro Señor no supiera expresarse por sí mismo y necesitara de su valiosísima intermediación para que los cristianos de a pie, que - a lo que parece- debemos de ser todos disléxicos, pudiésemos entenderlo. En cualquier caso le voy a responder a su “gran” argumento:

a) “En Marcos 8:27, cuando Jesús pregunta: « ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Ellos le contestaron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas». La connotación es aquí clarísima porque el consenso de opinión que se deduce de las respuestas que dan los apóstoles, es que Él bien podría ser la reencarnación ya sea, de Juan el Bautista o de alguno de los profetas del Antiguo Testamento. El hecho de que muchos opinaran así demuestra que la reencarnación era una creencia ampliamente difundida y asumida en el Israel de hace dos mil años, ya que el propio Jesucristo formula la pregunta como la cosa más normal del mundo, y sus discípulos le responden – a su vez.- con naturalidad. Si la reencarnación no hubiese sido considerada como un hecho posible y natural, no hubiese habido ni pregunta, ni respuesta.

b) En el Nuevo Testamento, concretamente en San Mateo, 17: 10-13 (en concordancia con San Marcos 9: 2-13) leemos lo siguiente:    «Sus discípulos le preguntaron: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe de venir primero? Respondió él: Ciertamente Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista».  El anuncio, al que hacen referencia los discípulos, de que el Mesías sería precedido por el profeta Elías, lo hallamos en Malaquías [4:5-6]: «He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición». 

c) Y más claro aún lo tenemos en San Mateo 11: 11-15 en la que Jesús dice: «Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que oiga».  

d) San Juan Bautista y el profeta Elías son una misma persona, y teniendo en cuenta que si hay una gestación narrada con detalle en los Evangelios [San Lucas 1: 5-80], aparte de la de Jesús, es la de Juan el Bautista. ¿Cómo se explica, ésta, si prescindimos del concepto reencarnación?”.

“Cada vez que surge el tema de la reencarnación, al hablar con un “creyente”, suelo ser acusado de orientalista y eso en el caso de que mi interlocutor sea medianamente culto. A continuación, cuando le menciono los pasajes que antes he transcrito, la primera reacción siempre es de sorpresa; de hecho tengo que buscar un ejemplar del Nuevo Testamento, para demostrarle que no me lo he inventado.  Una vez ha verificado mi afirmación, la respuesta que suelo recibir es: "A Elías se lo llevó un carro de fuego. Nadie lo vio morir, luego puede ser que luego volviese disfrazado y utilizando otro nombre". A lo que yo, por mi parte, trato de aclararle que:

· Desde la desaparición de Elías, subido a un carro de fuego, hasta la aparición de Juan el Bautista, pasaron aproximadamente 800 años.

· Juan el Bautista, hijo de Zacarías e Isabel, nació carnalmente, unos seis meses, aproximadamente antes de J.C. (San Lucas I: 26-57).

· El evangelio de San Mateo (Palabra de Dios), dice claramente que Juan el Bautista y Elías, eran una misma persona.


DICE EL LICENCIADO: «De Igual manera cuando Juan es Interrogado por una comisión del Sanedrín, si era realmente Elías, éste responde categóricamente “no lo soy” (Juan 1,21). Sin embargo, se había predicho que Juan Bautista precedería al Mesías “con el espíritu y el poder de Elías” (Lucas 1,17; Malaquías 4, 5-6; Eclesiástico 48,10). Además el antiguo profeta de Israel se hace visible al lado de Moisés en la transfiguración en el monte Tabor (17,1-9)».  

RESPUESTA: La primera cuestión es por qué le pregunta, la comisión del Sanedrín al Bautista, si él es Elías. Pues le preguntan, por la simple razón que la reencarnación era una creencia aceptada, en los tiempos de Jesucristo, por el pueblo judío, ya que de lo contrario la pregunta hubiese sido un idiotismo.

Al ser preguntado Juan el Bautista, por los sacerdotes y levitas, si él era Elías, éste respondió: «No lo soy». La explicación frente a esta aparente contradicción, es que uno de los principios de las teorías reencarnacionistas habla de la amnesia necesaria que nos impide conscientemente recordar vidas pasadas, ya que si la vida en sí misma tiene un carácter didáctico, conocer los errores pasados sería lo mismo que presentarse a un examen conociendo de antemano las preguntas y - consiguientemente- respuestas al mismo. El amor hacia el prójimo, la honradez, la honestidad, la humildad, deben de nacer en nosotros mismos fruto de nuestro libre albedrio. Si fuéramos conscientes y tuviésemos la certeza de lo que hay más allá de la muerte física del cuerpo, ¿qué mérito tendría nuestra fe? «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Juan, 20:29. 

Jesucristo padece su pasión, muerte, y resurrección, desde la certeza que le daba su condición divina. Sufrió la angustia y la desazón como hombre, precisamente porque sabia exactamente por lo que iba a tener que pasar. Los golpes, los insultos, los escupitajos, las espinas en sus sienes, los clavos en sus muñecas… en sus pies. 




Crucificado desnudo ante su madre. Dolor sobre dolor, humillación y más dolor, pero siempre desde la seguridad de su condición divina; sin el mínimo atisbo de duda. Tras Él, miles de mártires, siglo tras siglo, lo siguieron al calvario, sin más certeza que la de la mala muerte que iban a padecer, ya que sobre el cielo prometido no tenían certidumbre, tan sólo tenían fe. La fe puede ser tan fuerte como la certeza, pero nunca es certidumbre, es tan sólo fe, y es por ello que el conocimiento, el recuerdo de nuestras vidas pasada, así como de las leyes que rigen el universo, nos darían certeza, pero al mismo tiempo estarían haciendo innecesaria la fe, y sin ésta nuestras vidas no dejarían de ser más que la representación de una frívola obra de teatro. La fe hace que nos concentremos en el final del viaje, un final que por nuestra fe tenemos la certeza de que será feliz. Todo lo demás que nos acontezca durante el trayecto, quedará envuelto por la niebla de la incertidumbre, y hará que vayamos afrontando los trances, conforme éstos vayan llegando a nuestras vidas. Sin embargo, si tuviésemos la certidumbre, como la poseía Jesucristo, estaríamos contemplando todos los malos trances por los que tenemos que pasar necesariamente, estaríamos viendo a pequeña escala, lo que Él vio – como hombre- en el Huerto de los Olivos, y lo cierto es que hay que ser el Hijo de Dios, para no echar a correr ante lo que se le venia encima. Por eso, entre la certeza y la fe, me quedo con la fe, y lo único que pido es que no me falte nunca. Miremos hacia arriba, y que sea lo que Dios quiera. 




Pero volviendo a su argumento, señor licenciado, le añadiré que:

a) EN LA SAGRADA BIBLIA: «No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después». ECLESIASTÉS, 1:11.

b) EN LA MITOLOGÍA GRIEGA, Lete o Leteo (en griego antiguo Λήθη Lếthê, ‘olvido’ u ‘ocultación’) es uno de los ríos del Hades. Beber de sus aguas provocaba un olvido completo. Algunos griegos antiguos creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas. En la tradición romana, de inspiración griega, vemos cómo Virgilio, en "La Eneida" asegura que, el alma al hundirse en la carne, pierde el recuerdo de sus vidas pasadas.

c) EN LA MITOLOGÍA ROMANA, el Elíseo era una parte del mundo subterráneo y un lugar de recompensa para los muertos virtuosos. Para algunos era sólo un paraíso temporal. En el borde de su mullido y verde prado corría Lete, río del Olvido, del cual tenían que beber todas las almas que retornaban a la vida en el mundo superior.

d) EN LA SIQUIATRÍA MODERNA, se dice que tan sólo mediante una hipnosis regresiva, se puede acceder a la memoria grabada en el inconsciente de las personas. Son las llamadas regresiones hipnóticas, utilizadas habitualmente con fines terapéuticos. Dudo mucho que la pregunta, formulada a Juan el Bautista, fuese enunciada estando éste inmerso en un trance hipnótico.

En cuanto a su argumento relativo al episodio de la Transfiguración en el Monte Tabor [Mateo, 17:1-13], tan sólo decirle que-  como usted muy bien sabe, o debería de saber- se produce posteriormente a la decapitación de San Juan Bautista [Mateo, 14:8-12], o sea, cuando el espíritu de Elías ya había abandonado su último vehículo corporal, y lógicamente, en aquella época para los judíos el importante era el profeta Elías, y no Juan el Bautista.


DICE EL LICENCIADO: «La Revelación Divina también nos dice que “está establecido que los hombres mueran una sola vez” (Hebreos 9,27)».

RESPUESTA: Usted afirma que la Revelación Divina dice que “está establecido que los hombres mueran una sola vez”, que es lo que pone en Hebreos 9,27, pero ni usted, ni el anónimo escriba de la Carta a los Hebreos, dicen en dónde está establecido, cuándo, y por quién. Dicho versículo no tiene correspondencia con ningún otro pasaje, ni del Nuevo ni del Viejo Testamento. 

Por el contrario yo afirmo que las bases sobre las que Orígenes de Alejandría se basa, cuando abre el debate de «si el alma humana procede de los padres por generación, o de Dios por creación ab aeterno», están en la Carta a los Efesios, de San Pablo [Efesios, 1:4]: «Él (Dios) nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante Él por el amor». Ante esta frase paulina no nos quedan más que dos opciones:

a) Las almas de los hombres fueron creadas por Dios antes de la creación del universo.

b) El hombre nace bajo el signo de la predestinación, en detrimento del libre albedrío.

Este pasaje de Pablo de Tarso, además, parece inspirado en otro perteneciente al Antiguo Testamento, concretamente a “JEREMÍAS 1: 4-5”: «Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones». Blanco y en botella. La Iglesia Católica asume, como Palabra de Dios, la integridad del Antiguo Testamento recogido por la SAGRADA BIBLIA, y como tal se lee diariamente en todas las iglesias católicas del mundo, incluido el pasaje de “JEREMÍAS 1: 4-5”. Pues eso. 


DICE EL LICENCIADO: “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí “(Romanos 14,12). 

RESPUESTA: De acuerdo ¿Y? ¿En dónde se niega, en este pasaje, que exista la reencarnación?  Cuando Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, lo creó como espíritu eterno, dándole un vehículo perecedero que es el cuerpo. “Nosotros” somos los espíritus eternos que habitamos temporalmente cuerpos que no lo son. Lo contrario sería como decir que cuando el Génesis afirma que Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, está diciendo que Dios es un espíritu inmortal que habita, formando un todo indivisible, un cuerpo efímero que se deteriora con el transcurrir de los años, y eso – señor licenciado- es caer en la herejía del antropomorfismo.  Nosotros, espíritus eternos hechos a imagen y semejanza de Dios, daremos cuenta a Éste de nosotros mismos, independientemente del número de cuerpos que hayamos utilizado durante nuestro peregrinaje hacia la Luz Eterna. ¿Dónde está pues la negación a la transmigración de las almas?


DICE EL LICENCIADO: «Con la muerte, “el polvo (o poéticamente ‘el cuerpo’) vuelve a la tierra como vino de ella, y el espíritu a Dios, que lo ha dado” (Eclesiastés 12,7).

RESPUESTA: Este pasaje confirma la respuesta dada antes. Se dice que el espíritu vuelve a Dios, pero lo que no se dice, en ningún momento, es que Dios no le pueda asignar un cuerpo nuevo. Tan sólo el insinuar que Dios no pueda hacerlo, supondría un recorte de los atributos divinos, y estos son inmutables ¿O no? «Dios puede hacer todo lo que desee o decida hacer. Decidir y hacer es para Dios un mismo acto» (Libro de los Salmos). Dios no puede hacer lo que no desee hacer. No puede hacer algo malo; tampoco puede contradecirse o crear algo contradictorio. ¿Es malo, imposible, o contradictorio con la naturaleza de Dios y sus atributos, el dar al hombre una segunda oportunidad de enmendar voluntariamente sus pecados? 


DICE EL LICENCIADO: “Sólo aquel que peque morirá. Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del hijo” (Ezequiel 18,20). 

RESPUESTA: Muy agudo, señor licenciado, se acaba usted de cargar - de un plumazo- el Pecado Original, y le recuerdo que sobre él se construye toda la doctrina sobre el Nuevo Testamento. En cualquier caso, y en este pasaje, ¿en dónde se niega que pueda existir la reencarnación? Lo único que demuestra este texto sagrado, es que la teoría del Pecado Original, no es como nos la han contado hasta ahora. Así que no nos queda más que:

1. No sólo Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso.
2. Todos fuimos copartícipes del Pecado Original.
3. Se nos mandó a este mundo que - como reza La Salve- es un valle de lágrimas.
4. En él purgamos, durante sucesivas existencias, el castigo a nuestra culpa.

¿Podemos armonizar la idea de un Dios infinitamente justo e infinitamente bueno, con un Dios que hace pagar y sufrir a los hijos por las culpas que cometieron sus antepasados, tal como se ha explicado hasta ahora el Pecado Original? Es más, la propia Biblia niega en varios pasajes el concepto del Pecado Original, tal y como ha sido transmitido hasta la fecha, primero por los doctores y rabinos judíos, y posteriormente por los obispos y doctores de la Iglesia Católica:

- “Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado” (Deuteronomio 24:16)

- “Pero no mató a los hijos de ellos, según lo que está escrito en la ley, en el libro de Moisés, donde Jehová mandó diciendo: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres; mas cada uno morirá por su pecado” (2 Crónicas 25:4).

- “Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su padre? Porque el hijo hizo según el derecho y la justicia, guardó todos mis estatutos y los cumplió, de cierto vivirá. El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. El impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá” (Ezequiel 18:19-22). 

- “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, ésa morirá. Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia” (Ezequiel 18:1-5). 

- “En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera” (Jeremías 31:29-30).


DICE EL LICENCIADO: “Porque todos tienen que presentarnos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponde, según lo bueno y lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5,10); además la resurrección del Salvador, y las realizadas por él, son la prueba de que cada alma fue creada para un cuerpo humano ((1 Corintios 15,12-57). 

RESPUESTA: Efectivamente, pero ¿qué es lo que nos corresponde? Pues subir hacia arriba si nos lo merecemos, o volver a encarnarnos en el Purgatorio que es el mundo, hasta que en justicia reparemos voluntariamente el daño causado, sufriéndolo en nuestras carnes, y ello cuantas veces sea necesario, hasta ganarnos el cielo prometido. «Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete». Mateo, 18: 21-22.

Por otra parte, usted menciona, sin transcribirlos, los versículos comprendidos entre el 12 y el 57 del capítulo XV de la primera Epístola a los Corintios de San Pablo, y se queda tan a gusto. Pues bien, voy a entresacar de dichos versículo, el 51 y el 52: «He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados». 1ª Corintios, 15:51-52. En estos versículos el gran San Pablo vuelve a decir que las trompetas del Juicio Final son inminentes, y que él va a estar vivo para verlo, encarnado aún en el cuerpo que habita, el cual será transformado. ¿Transformado en qué? En fin, como San pablo “patina” en lo del Juicio Final, y que él iba a estar encarnado para verlo, pues no sólo invalida los versículos por usted mencionados, sino todas sus epístolas en paquete, salvo que demos por válida la doctrina reencarnacionista, ya que en base a ella sería perfectamente posible que el día del Juicio Final el antiguo fariseo de Tarso esté de nuevo encarnado en este mundo. ¡Por qué no! En cualquier, caso en el siguiente punto, va usted de nuevo a tropezar con la misma piedra, lo cual le agradezco ya que con ello me da pie a meter más leña.


DICE EL LICENCIADO: El apóstol Pablo agrega que al final de los tiempos habrá resurrección tanto de “buenos” como de “malos” (Hechos 24,15); que serán juzgados ante el tribunal supremo del Hijo de Dios (Mateo 25,31-46; Juan 6,40; Hechos 17,31; Apocalipsis 20,11-15).

REPUESTA: ¡Muy bien, señor licenciado! pero ¿cuándo será el fin de los tiempos? Del día y la hora, tan sólo el Padre lo sabe, pero lo que si sabemos, por el Nuevo Testamento, es qué espíritus, que en el del siglo I estaban encarnados en cuerpos humanos, estarán en ese momento reencarnados en cuerpos diferentes. A no ser que aceptemos que la reencarnación existe, estaremos implícitamente afirmando que en los Evangelios canónicos, recogidos en el CÓDEX VATICANUS están trufados de mentiras. [Ninguno de los evangelios canónicos sinópticos, recogidos en la Biblia oficial del Codex Vaticanus, está escrito directamente por sus autores, sino que son el fruto de copistas anónimos].

a) Pablo de Tarso: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos para siempre con el Señor» 1ª Tesalonicenses 4:16].

b) San Mateo: «De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mateo, 24: 34-36.

c) San Mateo: «De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán de la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino» [Mateo 16:28].

d) San Lucas: «Entonces verán al Hijo del Hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria»… «De cierto os digo que no pasará de esta generación hasta que todo esto acontezca» [Lucas 21:27]. 

e) San Marcos: «Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes...»… «De cierto os digo que no pasará está generación hasta que todo esto acontezca» [Marcos 13: 26-30].

Somos testigos, todos los aquí hoy presentes, que han pasado casi dos mil años desde que se escribieron los evangelios sinópticos y la epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, y que Jesucristo no ha regresado aún, o por lo menos no lo ha hecho con sonido de trompetas y sobre una nube de gloria. Sin embargo la IGLESIA CATÓLICA afirma en el decreto «Verbum Dei», dentro del Concilio Vaticano II, que «Las verdades reveladas por Dios, que se contienen en la Sagrada Escritura, se consignaron por base de los Apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia. En la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos, y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería» ¿Cómo cuadramos lo uno con lo otro? Pues difícilmente, porque lo que es cuadrar, cuadrar, no cuadra ni a martillazos, salvo que intercalemos los principios de la doctrina reencarnacionista.


DICE EL LICENCIADO: «La reencarnación presenta varias lagunas difíciles de explicar: No puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir. No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar. No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una reencarnación y la otra. No está establecido cuánto tiempo dura todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final. No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados».

RESPUESTA: Usted dice que “no puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir”. Efectivamente, ya que Santo Tomás de Aquino - con respecto a esta cuestión - afirmaba una cosa y Juan Pablo II decía otra diferente, con lo cual comprendo su estado de confusión y mareo. Tome biodramina, que va muy bien.

En cuanto a que no se sabe cuántas vidas tenemos que experimentar, a lo mejor sí que lo sabemos. Podrían ser 490 reencarnaciones, que es el resultado de multiplicar 70 x 7. Esta teoría se podría sustentar en el siguiente pasaje: «Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete». Mateo, 18: 21-22. Al fin y al cabo, cada perdón significa hacer tabla rasa, y volver a dar otra oportunidad al pecador para que se enmiende y repare el daño hecho. Infinita Bondad, pero con Infinita Justicia.

En cuanto al resto de cuestiones que usted plantea, en EL VELO RASGADO tiene usted respuesta puntual a sus cuatro afirmaciones, así como a otras muchas cuestiones e interrogantes que ni se ha ocurrido plantear, supongo que dicha omisión, por su parte, habrá sido por un lapsus, y no por ignorancia. 


DICE EL LICENCIADO: «Por otra parte, la Iglesia Católica desde sus raíces históricas siempre negó la reencarnación como un hecho real, y con la sola excepción de Orígenes (s. III), quien dudó si sería posible que se admitiera en el cristianismo; los demás Padres de la Iglesia como San Agustín, Tertuliano o San Jerónimo; la rechazaron tajantemente. Además el emperador Justiniano I fue uno de los principales enemigos de la misma, en el II concilio de Constantinopla en el siglo VI. La reencarnación fue definitivamente condenada por el magisterio eclesiástico en 1917, bajo el pontificado de Benedicto XV.

RESPUESTA: En cuanto a su primera aseveración [La Iglesia Católica desde sus raíces históricas siempre negó la reencarnación como un hecho real] decirle que también la IGLESIA CATÓLICA desde sus raíces históricas negó como un hecho real que la Tierra fuera redonda y girará alrededor del Sol, y de hecho quemaron vivo a más de uno por decir lo contrario. Por ejemplo a Giordano Bruno, fraile dominico carbonizado sin anestesia en Roma, en el Campo di Fiori, el 17 de febrero de 1600, por sus enseñanzas sobre los múltiples sistemas solares y sobre la infinitud del universo.

En cuanto a su mención de Orígenes, lo único que trasluce es que usted no sólo no a leído a Orígenes, sino que de patrística conoce bastante poco, salvo los textos seleccionados y recortados que suelen poner en los temarios oficiales de los centros oficiales, de la Iglesia Católica, en donde se estudia sólo la teología considerada como "políticamente correcta". Le recomiendo que se lea entera la obra de Migne. Usted dice que San Agustín rechazó tajantemente la reencarnación, pero no dice en que basa su afirmación. Da igual. Yo si que voy a puntualizar mis respuestas. En contestación a sus doctas afirmaciones, reproduzco a continuación lo escrito en un punto anterior de EL VELO RASGADO: «… intentaré volver a centrar el tema, apoyándome esta vez en el escritor y periodista Francisco López-Seivane, el cual ha recogido una serie de textos y citas, relativos a REENCARNACIÓN Y CRISTIANISMO. Exactamente las mismas citas de San Jerónimo, San Agustín, Orígenes, y San Clemente de Alejandría, son recogidas y publicadas por el novelista, autor teatral, ensayista y periodista español, Manuel Barrios  [1924-2012], en un artículo publicado en el ABC de Sevilla, el 13 de marzo de 1998, en la página 22. Manuel Barrios se proclamaba - sin rubor- en sus propios escritos, como miembro de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

a) «La transmigración de las almas es enseñada secretamente a un reducido número, desde los tiempos más antiguos como una verdad a no revelar». (San Jerónimo).

b) «No pudiendo Dios crear más que el bien, es muy posible que estos niños hayan adquirido sus defectos en una vida anterior». (Fragmento de una carta de San Agustín a San Jerónimo).

c) « ¿No he vivido yo, pues, en otro cuerpo antes de entrar en mi madre?». (San Agustín de Hipona).

d) «En cuanto a por qué el alma humana obedece tanto al bien como al mal, hay que buscar las causas en un nacimiento anterior». (Orígenes de Alejandría).

e) «La reencarnación es una verdad transmitida oralmente y autorizada por San Pablo». (Clemente de Alejandría)».

En cuanto a su cita de Tertuliano, pues más de lo mismo, le transcribo lo ya escrito en EL VELO RASGADO: «…el colmo de la incultura viene cuando, el “culturilla iletrado” de marras, para atacar al humilde Orígenes y sus teorías, cita al filósofo Tertuliano como argumento de peso para intentar “refutar” una vez más lo que en ningún momento ha conseguido. Lo que ignora el “culturilla” es que no se debe citar a un personaje como Tertuliano [que abandonó el cristianismo para irse con los montanistas, antes de terminar sus días como gurú de su propia secta]   para atacar a Orígenes, que no sólo fue uno de los más grandes escritores cristianos de la Iglesia temprana, sino que además murió a causa de las torturas infringidas por hacer profesión pública de su fe.   Por su fortaleza y vida mortificada, recibió de sus congéneres el apelativo de “hombre de acero”. Practicaba un ayuno riguroso, dormía en el duro suelo, y vivía una pobreza extrema. Tomaba al pie de la letra, algunos consejos del Evangelios (p. ej. Mt 19,12; no llevar dos túnicas y dos sandalias). Sabía matemáticas, astronomía y música. Muere a causa de los tormentos en Tiro, en el año 253. El pensamiento de Orígenes, piedra angular de la doctrina reencarnacionista en el pensamiento cristiano, merecen un punto y aparte. Es por ello que - más adelante- intentaré una aproximación más detallada a su figura y relevancia. De Tertuliano, el principal detractor de Orígenes, escribe Étienne Gilson [LA FILOSOFÍA EN LA EDAD MEDIA, Étienne Gilson, GREDOS- 2007] que “Tertuliano no veía con buenos ojos a la filosofía, pero ella le pagó en la misma moneda”, ya que siempre que “se aventuró por este terreno odiado, equivocó el camino”. Sus obras contienen algunos errores: parece afirmar el carácter corpóreo del alma por hacer frente al platonismo y al gnosticismo. Como autor literario abusa del sarcasmo y su dialéctica resulta más ofuscante que convincente. Su estilo es conciso y frecuentemente oscuro».

En cuanto a lo que usted afirma, cuando dice que: «Además el emperador Justiniano I fue uno de los principales enemigos de la misma, en el II concilio de Constantinopla en el siglo VI», permítame que sonría, ya que precisamente a Justiniano, sus bastardas manipulaciones de nuestra Iglesia, y sus crímenes, le he dedicado en este libro más de un capitulo, y no me apetece ahora el volverlo a transcribir; sin embargo no resisto la tentación de entresacar tan sólo unas líneas de lo ya escrito en este libro sobre ese nefando personaje que usted utiliza como gran argumento para demostrar que la reencarnación no es posible:  «El historiador romano Procopio de Cesárea , en su obra «Historia Secreta», afirma que Justiniano ordenó más asesinatos que todos los anteriores emperadores romanos juntos y cuando uno recuerda a personajes como Nerón, Calígula, Diocleciano, o Constantino, no deja de estremecerse ante tan repugnante record». [EL HISTORIADOR PROCOPIO DE CESÁREA es considerado por muchos el último historiador de la Antigüedad Tardía. Escribió en griego clásico, tomando como modelos a Herodoto y a Tucídides. Sus obras constituyen la principal fuente de información sobre el imperio de Justiniano].

Y en cuanto a que «la reencarnación fue definitivamente condenada por el magisterio eclesiástico en 1917, bajo el pontificado de Benedicto XV», no deja de ser un brindis al Sol. Si usted, señor licenciado, conociese de verdad la Historia de la Iglesia Católica, sabría de qué estoy hablando; de todos modos voy a por ponerle dos ejemplos, pues ya que usted me nombra a al Papa Benedicto XV, pues yo le voy a nombrar a dos, el Papa Juan XII y el Papa Benedicto IX, para que entienda que a mí lo que pueda decir un papa, por el simple hecho de serlo, pues le doy el valor que merece, que es el que se han ganado a pulso. Hablemos pues de estos dos papas. Al Papa Juan XII se le describe como amante de la caza y que gustaba de las reuniones de mujeres más que de las asambleas litúrgicas o eclesiásticas y que se complacía en las tumultuosas insolencias de los jóvenes y que en lascivia y audacia superaba a los paganos. Y hasta tal punto llegaron sus desmanes que reunido el sínodo de obispos forzó su destitución. Pero un tiempo más tarde Juan regresó, volvió a sentarse en la silla de San Pedro y se convirtió en un hombre violento, además de pendón que ya lo era. Murió el 14 de mayo de 964 según parece asesinado por un hombre - de nombre Cornelio- que había sorprendido retozando a Su Santidad en el lecho con su mujer, la de Cornelio, se entiende. Otra versión, más piadosa, dice que murió de apoplejía en pleno acto sexual. Una gran parte de estas historias vergonzantes de la IGLESIA CATÓLICA las conocemos gracias a autores como el obispo y doctor de la Iglesia, San Pedro Damiano, autor de – entre otras obras- del LIBER GOMORRHIANUS. [LIBER GOMORRHIANUS (EL LIBRO DE GOMORRA). Su autor, San Pedro Damián nació en Ravena alrededor del año 1007. Se dedicó a la vida monástica en la abadía de Fonte Avellana, en donde fue elegido Abad pocos años después de su ingreso. Se distinguió por su severidad y por la lucha incansable para corregir todos los vicios de la Iglesia y en especial de los monasterios. Murió en el año 1072, satisfecho por haber preparado el camino para la reforma eclesiástica que llevaría a cabo su amigo el monje Hildebrando (más conocido como el Papa Gregorio VII). En 1828 fue declarado Doctor de la Iglesia. En “El Libro de Gomorra”, Pedro Damián distinguió cuatro especies de Sodomía: masturbación solitaria, masturbación mutua, coito entre los muslos (inter femora), y fornicación por detrás (in terga). Pedro afirmó que todas ellas merecen la suspensión del oficio eclesiástico y la reducción al estado laical para los clérigos. El libro de Gomorra está dirigido al Papa León IX, pidiéndole una intervención especial para acabar con el terrible vicio que azota a la Iglesia. Pedro también se dirige a los Obispos que han sido negligentes en reprimir la Sodomía. Parece que el Doctor de la Reforma Gregoriana teme que se haya infiltrado una iglesia de Sodoma dentro de la Iglesia de Dios. La fuente principal en la cual se basó Pedro para escribir su Libro de Gomorra es el Decretum de Burchardo de Worms, un penitencial escrito hacia fines del S. X.  El libro de Gomorra supone que la Sodomía había alcanzado a cada rincón de la Iglesia, incluyendo los monasterios]

Y hago esta puntualización para aclarar que no siempre nos podemos excusar en el manido anticlericalismo, a la hora de intentar justificar lo injustificable. Y uno se pregunta si no ha quedado quebrada la línea legítima directa del papa y los obispos, como sucesores de San Pedro y los apóstoles, con personajes como Benedicto IX. Porque este niño, de nombre Teofilacto, tenía 14 años cuando fue nombrado papa y obispo de Roma, y llegando a la trona pontificia gracias a que su padre, el Conde Alberico III, era quien mandaba en  la ciudad santa. El anterior Papa Clemente II, había fallecido [envenenado] durante el retorno de un viaje por Alemania, al contraer «unas fiebres» que le provocaron la muerte, según la versión oficial. El padre del futuro Benedicto IX, compra la conciencia de la Curia y obtiene para su hijo la codiciada poltrona. En 1037, ya como papa y obedeciendo las instrucciones del Emperador Conrado II [la voz de su amo], Benedicto IX excomulgó a Heriberto Arzobispo de Milán, con quien el emperador tenía una antigua enemistad. La Iglesia Católica al servicio del poder político. Pero la indignidad no quedaba ahí, ya que Benedicto IX escandalizaba continuamente, incluso a sus cardenales más curtidos, pervirtiendo a niños de corta edad en el palacio de Letrán. Era «un desdichado que festejaba la inmoralidad» – escribió el obispo y doctor de la IGLESIA CATÓLICA, San Pedro Damiano - «un demonio del infierno disfrazado de sacerdote». Pues bien, este pájaro que hubiese dejado boquiabierto al Marques de Sade y ruborizado al mismísimo Calígula, y cuyas andanzas son recogidas tanto por el obispo y doctor de la IGLESIA CATÓLICA, San Pedro Damiano, como por el cronista y monje del Cluny, Raoul Glaber, recibe recientemente, en tiempos de su sucesor el Papa Benedicto XVI un homenaje vaticano en forma de medalla conmemorativa de su famoso y ejemplarizante pontificado.




Si el señor licenciado no ha tenido bastante, pues no tiene más que leerse las biografías de papas, tales como: Sergio III, Anastasio III, Landon, Juan X, León VI, Esteban VII, Juan XI, León VII, Esteban VIII, Marino II, Agapito II, Bonifacio VIII, Clemente VI, Sixto IV, Inocencio VIII, Pío II, Sixto IV, Inocencio VIII, Alejandro VI, Julio II, Pablo III, Julio III, o, León X.

Y si al señor licenciado no le basta con la lectura de la biografía de dichos pájaros, pues le añado una frase: «No me gustaría decir en qué sentido interviene el Espíritu Santo en la elección del Papa, porque está claro que hay muchos ejemplos de pontífices en los que no ha tenido nada que ver». Joseph Ratzinger. ¿Entiende usted ahora a qué me refería cuando decía que «a mí lo que pueda decir un papa, por el simple hecho de serlo, pues le doy el valor que merece»?

Y para concluir mi respuesta, quisiera recordar el enfrentamiento verbal habido entre el cardenal Ercole Consalvi y Napoleón Bonaparte, Secretario de Estado del Papa Pío VII, cuando ambos negociaban las bases del concordato entre la Santa Sede y Francia:

- ¡Voy a destruir su Iglesia! [¡Je detruirai votre eglise!] - (Napoleón). 

- ¡No! ¡No podrá! ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo! - (respuesta del cardenal Consalvi).

Como intuyo que el señor licenciado me contestaría, si pudiera, que eso son cosas del pasado y que la actual jerarquía de la Iglesia Católica, la Iglesia de Benedicto XVI, no tiene nada que ver con esas lejanas “anécdotas”, pues simplemente le pondré un botón de muestra. Ha habido una noticia que en ha saltado a la mayoría de los medios de comunicación del planeta. Si usted entra en internet en la página del buscador Google y a continuación escribe: "Carlo María Viganò" “escandalo”, verá que le aparece la noticia en 10.600 páginas web. Voy a transcribir lo que pone en una de ellas, fechada el 26 de enero de 2012 [http://noticias.terra.es/2012/mundo/0126/actualidad/un-escandalo-de-corrupcion-sacude-al-vaticano-por-una-filtracion.aspx]:

«El Vaticano se vio sacudido el jueves por un escándalo de corrupción después de que una investigación de la televisión italiana señalara que un antiguo alto cargo fue trasladado contra su voluntad tras quejarse sobre irregularidades en la concesión de contratos. El programa 'Los Intocables' emitido el miércoles en la noche en la respetada cadena privada La 7 mostró lo que aseguró que eran varias cartas enviadas en 2011 por el arzobispo Carlo María Vigano cuando era vicegobernador del Vaticano a varios superiores, incluyendo el propio Benedicto XVI, respecto al caso. El Vaticano emitió un comunicado el jueves en que criticó los 'métodos' usados en la investigación periodística. Sin embargo, confirmó que las cartas eran auténticas al expresar 'tristeza por la publicación de documentos secretos'. Durante su período como vicegobernador del Vaticano entre 2009 y 2011, Vigano fue el número dos en un departamento responsable del mantenimiento de jardines, edificios, calles, museos y otras infraestructuras de la diminuta ciudad-Estado. Vigano, que ahora es el embajador del Vaticano en Washington, afirma en las cartas que cuando asumió el cargo en 2009 descubrió una red de corrupción, nepotismo y tráfico de influencias vinculados a la concesión de contratos a compañías externas a precios inflados. En una de las misivas, le cuenta al Papa acerca de una campaña de desprestigio en su contra por parte de otros funcionarios del Vaticano que buscaban su traslado, disgustados con sus drásticas medidas para ahorrar dinero de la Santa Sede limpiando sus procedimientos.
“Santo Padre, mi traslado justo ahora provocaría mucha desorientación y desaliento en aquellos que han creído que era posible limpiar tantas situaciones de corrupción y abuso de poder que han estado enraizadas en la administración de tantos departamentos”, escribió Vigano al Papa el 27 de marzo de 2011. En otra carta fechada el 4 de abril de 2011, Vigano afirmó haber descubierto que la administración de algunas inversiones del Vaticano había sido confiada a dos fondos gestionados por un comité de banqueros italianos 'que velaban por sus propios intereses más que por los nuestros'. En la misma carta, afirmó que en una sola transacción financiera en diciembre de 2009, 'nos hicieron perder dos millones y medio de dólares'. El programa entrevistó a un hombre identificado como miembro del comité de banqueros que dijo que Vigano se creó una reputación de 'aguafiestas' entre compañías que tenían contratos con el Vaticano debido a su insistencia en la transparencia y la competencia. La cara y la voz de esa fuente fueron distorsionadas electrónicamente para ocultar su identidad.
Aunque su campaña de transparencia y reducción de costes ayudó a que el presupuesto de la Ciudad del Vaticano pasara de déficit a superávit, una serie de artículos no firmados criticándolo por poco eficaz aparecieron en el diario Il Giornale, propiedad del hermano del ex primer ministro Silvio Berlusconi.
El 22 de marzo de 2011, el secretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone, informó a Vigano que sería trasladado a otro cargo, pese a que debía durar hasta 2014. En su comunicado, el Vaticano dijo que la investigación periodística trató asuntos complicados 'de un modo parcial y banal' y que podría adoptar medidas para defender el 'honor de personas moralmente elevadas' que sirven lealmente a la Iglesia».

Como aquí no pueden responder, citando a San Pablo, San Agustín, o Santo Tomás de Aquino, para acabar diciendo que: “es un misterio”, pues salen con que son: “asuntos complicados”.
La noticia, en sí misma, no tiene demasiada importancia, y de ella me enteré por el suplemento dominical de un periódico de tirada nacional. Posteriormente le dedicaron su portada diferentes revistas periódicas, de divulgación diversa. Una de las que cayó en mis manos fue “Enigmas” [Año XVIII – nº 197], en dónde se cuenta y trata la noticia en cuestión, en un amplio reportaje en donde también se desvelan otros datos más inquietantes. Al final, como en las películas clásicas, el malo parece ser que ha sido el mayordomo.
Si el señor licenciado no ha tenido bastante, no tiene más que volver a entrar en internet, en la página del buscador Google, y escribir: "obispo“ “escándalo”, y le saldrán 3.290.000 [tres millones doscientos noventa mil] titulares, tan sólo en castellano. Y si no ha tenido bastante, pues léase “LA SOMBRA DE CAIFÁS”, libro en el que le dedicó muchas páginas a la actual jerarquía de la Iglesia Católica, facilitando toda clase de datos y detalles. Así que imagínese, señor licenciado, el valor que le doy yo a su poderoso argumento de que la reencarnación no es posible porque «fue definitivamente condenada por el magisterio eclesiástico en 1917, bajo el pontificado de Benedicto XV». Como ve, me ha dejado usted sin palabras.


DICE EL LICENCIADO: «En estos últimos años se han hecho famoso en el mundo entero, las experiencias médicas de algunos psicoterapeutas, parapsicólogos y siquiatras como el doctor Brian Weiss; autor de varios libros sobre este tema, quien sostiene que es posible que con las llamadas “regresiones hipnóticas”, los seres humanos puedan viajar por el pasado experimentando diferentes situaciones de otras vidas. Es importante aclarar que este método no es capaz de demostrar científicamente la existencia de la reencarnación, pues muchos de los testimonios han sido imprecisos, incorrectos, no se ajustan a la realidad de los hechos; varios pacientes coinciden en haber sido un personaje importante como “Cleopatra” o “Napoleón”. También influye de manera especial fenómenos de percepción extra-sensorial, telepatía, clarividencia o simplemente el terapeuta es quien induce a la persona a recrear una serie de situaciones irreales, sugeridas o predispuestas. Del mismo modo, se pone de manifiesto que solamente un 40% de los individuos sometidos a esta prueba resultan positivos. Para muchos expertos este método tiene la misma fiabilidad que los sueños, ya que ambos son elaborados por nuestras fantasías, mezcladas con imágenes de momentos reales, de deseos y temores del subconsciente; que constituye un depósito de Información mucho mayor del que podamos pensar. Es más, si las reencarnaciones sucesivas del alma humana fueran ciertas; nuestra memoria, que junto con la inteligencia y la libre voluntad, son facultades propias del individuo; sería correcto creer, que todas las personas en estado de normalidad síquica, sin recurrir a la hipnosis, deberían recordar perfectamente ciertos instantes de sus anteriores vidas. Tampoco es de extrañarse el hecho de que los pacientes empiecen ha hablar en otros “idiomas”, que a veces son comprensibles pero con frecuencia no lo son. Como los casos narrados en el Nuevo testamento, de los primeros cristianos que hacían uso del “don de Lenguas”; y a los que el apóstol San Pablo puso un toque de desconfianza,  pues “es preferible decir cinco palabras que se entiendan, para enseñar a otros, que decir diez mil palabras en lenguas extrañas” (1 Corintios 14,19). 

RESPUESTA: Mire, señor licenciado, usted se presenta como Licenciado en Ciencias Religiosas por la Pontificia Universidad Javeriana De Bogotá, y francamente le tengo que decir que, tras leer su escrito, usted de Teología no tiene ni idea, y eso es que es su especialidad, así que, salvo que su experiencia siquiátrica haya sido como paciente, hágase un favor a si mismo, y a todos los demás, y no se meta – además- de experto en la ciencia de Freud, porque le pueden sacar los colores, aún más si cabe. En cuanto lo del “don de lenguas” que Jesucristo otorgó a sus apóstoles, y el pasaje que usted cita de San Pablo, a lo mejor resulta que el antiguo fariseo de Tarso carecía de tal “don”, y le pasaba lo mismo que a aquel cojo, que el día que se escapó el toro, en las fiesta de su pueblo, y vio que éste lo iba a empitonar, por ser él el último de los que huían despavoridos, a voz en cuello gritaba: ¡No corráis que es peor!



75.- UN “CIENTÍFICO”, EN CONTRA DE LA REENCARNACIÓN.


Voy a reproducir una "demoledora teoría científica”, al ser ésta la más propagada entre aquellas personas o grupos que niegan la teoría de la transmigración de las almas. 
Realmente, este punto debería de ir incluido en la segunda parte de “El Velo Rasgado”, que estudia el fenómeno de la reencarnación desde el punto de vista científico y cultural, lo que ocurre es que esta teoría es utilizada habitualmente, a la hora de refutar la reencarnación, por las páginas web cercanas a la Iglesia Católica, y en concreto la que voy a reproducir y comentar, está sacada de la web http://es.catholic.net/. En cualquier caso, el inconfundible estilo “ex catedra” del texto, delata su procedencia. Para que no me llamen manipulador, he transcrito el mismo, respetando hasta las faltas de ortografía: Dice así:

LA REENCARNACIÓN ES IMPOSIBLE (DEMOSTRACION)


Según la creencia en la rencarnacion, no existen almas nuevas, sino que las mismas almas han existido desde miles de años atras y unicamente cambian de cuerpo. Entonces, de ser así tampoco incrementaria el numero de cuerpos; pero hace solo 110 años, en 1900, la poblacion mundial era de 1600 millones, lo cual nos dice que existian en ese entonces 1600 almas. Pues bien, ¿de donde salieron las otras 4400 millones de almas para llenar los 6000 millones de personas que habitamos el planeta actualmente?
Recuerden que cuando iniciaron las creencias en la reencarnacion, hace miles de años, no habia tanta poblacion como hace un siglo, sino muy muy poca en comparacion que con los que ahora somos


RESPUESTA

En primer lugar decir que no he recortado, tendenciosamente, el texto, sino que el autor no le ha puesto el punto final. Todo el "argumentario científico" termina en la palabra “somos”.
El razonamiento [no la ortografía] empleado en dicho texto es impecable, bajo la óptica tradicional de la Iglesia, la cual siempre ha visto al Mundo como el ombligo, principio y fin del Universo. Tan sólo le ha faltado decir al autor, que la Tierra es plana y que el Sol gira alrededor de ella. La teoría manifestada es claramente científica… científica de boina y campanario. Me explicaré, pero antes quisiera ponerles un versículo de los Santos Evangelios:
«En la casa de mi padre muchas moradas». Juan, 14:2

El mundo es una isla perdida en medio de una galaxia llamada Vía Láctea, compuesta – según los científicos de verdad- por entre doscientos mil millones y cuatrocientos mil millones de estrellas y nuestro Sol es una más de entre ellas. Nuestra estrella – el Sol- tiene su propio sistema solar, o estelar si lo prefieren, compuesto por los planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; más un conjunto de planetas menores: Plutón, Eris, Makemake, Haumea y Ceres, que orbitan alrededor de ella. 

Ahora, si tomamos como cifra media la de los ocho planetas grandes, que giran alrededor de la estrella Sol y la multiplicamos por  doscientos mil millones, que es la cifra, conservadora, de estrellas solares que contiene nuestra galaxia, tendremos 1.600.000.000.000 de  posibles planetas en la galaxia de la Vía Láctea. 

Pero el tema se complica cuando vemos que, tan sólo de la pequeña parte del Universo que conocemos, los científicos hablan de trescientos cincuenta mil millones [350.000.000.000] de galaxias grandes y 7 billones [7.000.000.000.000] de pequeñas. 
Ahora, mediante una sencilla regla de tres, calculen ustedes, el número de planetas que puede haber en la pequeña parte del universo que percibimos, despreciando en el calculo, los 7 billones de galaxias pequeñas.

- 1 GALAXIA = 1.600.000.000.000 planetas.

- 350.000.000.000 GALAXIAS = X planetas.

- Resultado 560.000.000.000.000.000.000.000 planetas.



[Monseñor Corrado Balducci (1923 - 2008) fue  miembro de la curia Vaticana. Por si alguien tiene alguna duda sobre la veracidad de las afirmaciones vertidas en el vídeo de arriba, puede ver la ampliación del mismo en formato original, en: http://www.youtube.com/watch?v=Uo5M2c4jx8Q ].

¿Y usted se pregunta de dónde salieron los otros 4.400 millones de almas para llenar los 6.000 millones de personas que habitamos el planeta actualmente?

¿Creen de verdad ustedes, apreciados lectores, que tan sólo puede haber vida inteligente, en nuestro planeta? Hablen sin miedo, que a la Inquisición hace tiempo - pero no demasiado- que le confiscaron la leña. Aunque, en honor a la verdad, no hay peor inquisición que aquella sonrisa bastarda que nace fruto de la soberbia, cuando ésta se aparea con la ignorancia.  Como la sonrisa de aquellos  que escuchaban a Colón decir que el Mundo era redondo; a Copérnico afirmar que la Tierra giraba alrededor del Sol y no viceversa; a Galileo expresar más de lo mismo; como sonreían los científicos cuando Luis Pasteur dio a conocer el sistema de vacunación para la inmunización de las enfermedades; como sonreía Calvino mientras quemaban vivo a Miguel Servet por haber descubierto el sistema circulatorio de la sangre, y cometer el error de contarlo; como sonreían los fariseos  en el Calvario.

QUENTÍN MASSYS, 1465 - 1530